Hoy mis pasos fueron dirigidos hacia el Oeste, un lugar de cristal, custodiado por un ejército de árboles y por inmensos volcanes, un lugar donde mis pulmones si podían alimentarse sanamente.
Luego de instalarme, mi meta principal es ver como el Sol comienza a jugar a las escondidas, decido ir a ver este juego pero ellos se convirtieron en ladrones que sin violencia robaron totalmente mi atención; ella y él sincronizados en uno solo, entre ricos ingredientes, utensilios y una leve llama preparaban su cena, lo estaban disfrutando con tal romanticismo que era un espectáculo digno del teatro de Shakespeare, mientras me distraje el Sol encontró su escondite y no pude encontrarlo más; regrese a lo mío pero la curiosidad hacia que las ventanas de mi alma se dirigieran hacia ellos, era imposible no apreciar su química, eso que llaman amor se reflejaba en cada movimiento, jamás volveré a verles, estoy seguro pero impregnaron una imagen imborrable en mi memoria.

«Es sumamente hermoso cuando disfrutas de los detalles de la vida con alguien a quien has decidido amar, sin duda te llena el corazón de felicidad».